¿Qué hacer si tu hijo no quiere ir al psicólogo? Guía para Padres
Guía para Terapia Infanto Juvenil
Cuando un niño o adolescente se niega a asistir a terapia infanto juvenil, los padres pueden sentirse frustrados, confundidos e incluso culpables. Pero esta situación es más común de lo que parece y tiene solución. Comprender los motivos detrás de esta negativa y aplicar estrategias respetuosas puede marcar una gran diferencia en el proceso de ayuda. En este artículo exploraremos qué hacer si tu hijo no quiere ir al psicólogo, abordando técnicas, enfoques y recomendaciones útiles para padres en esta situación.
¿Por qué algunos niños y adolescentes rechazan ir al psicólogo?
Terapia para Niños
La negativa de un hijo a asistir a una consulta psicológica puede tener distintas causas, entre ellas:
- Miedo a lo desconocido o a ser juzgado
- Creencias erróneas sobre la psicología (ej. «solo los locos van al psicólogo»)
- Resistencia al cambio o a hablar de emociones
- Falta de información clara sobre qué es una terapia
- Mala experiencia previa con un profesional de salud mental
Comprender que este rechazo no es necesariamente una falta de voluntad sino un reflejo de inseguridad, temor o desconocimiento es clave. La pregunta de muchos padres es clara: ¿Qué hacer si mi hijo no quiere ir al psicólogo? Aquí te damos respuestas prácticas.
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Realiza tu consulta con nosotrosCómo abordar la situación con niños pequeños
1. Habla con claridad y empatía
Explícale con palabras simples por qué creen que sería bueno visitar al psicólogo. Por ejemplo:
«Papá y mamá piensan que ir a ver a alguien que ayuda a las personas a sentirse mejor podría ser una buena idea. ¿Qué opinas tú?»
2. Evita señalar al niño como el problema
Frases como «vas al psicólogo porque tú estás mal» pueden hacer que el niño se sienta culpable o defectuoso. Es mejor hablar en términos de trabajo en equipo: «vamos a ir juntos para entender mejor lo que está pasando en casa o en la escuela».
3. Explica qué hace un psicólogo
Muchos niños creen que el psicólogo es alguien que les leerá la mente o que los va a regañar. Puedes decirle:
«El psicólogo es una persona que entiende los sentimientos y ayuda a que estemos mejor. A veces se juega, se dibuja, se habla… y nos enseña a resolver las cosas de forma más fácil».
4. Dale un rol participativo
Pregúntale si le gustaría conocer a esa persona, qué le gustaría saber antes de ir, o si le gustaría acompañarlos primero solo a mirar el lugar. Esto ayuda a que se sienta parte del proceso.
5. Usa un enfoque lúdico
Si el niño es pequeño, menciona que en el consultorio podrá jugar, dibujar o pintar. Muchos profesionales usan el juego como herramienta terapéutica. Presentar la terapia como algo amable y no como castigo es esencial.
6. Habla del profesional por su nombre
Decir frases como «mañana vamos a visitar a Cristina» en lugar de «vamos al psicólogo» puede reducir el temor inicial.
Estrategias para adolescentes que no quieren ir a terapia
Estrategias para adolescentes
1. Enfoca la terapia como un recurso, no como una imposición
Un enfoque útil es comparar la terapia con un entrenamiento mental:
«Así como un deportista tiene un entrenador para mejorar, el psicólogo te ayuda a fortalecer tus pensamientos y emociones».
Esto puede ser especialmente útil si tu hijo practica deportes o tiene referentes que admira (artistas, influencers o atletas que promueven el autocuidado mental).
2. Conecta la terapia con sus propias metas
En lugar de insistir en lo que tú quieres que mejore, pregúntale:
- ¿Qué cosas te gustaría que fueran diferentes?
- ¿Hay algo que te gustaría entender mejor sobre ti?
Esto traslada el foco a sus intereses, lo cual aumenta las probabilidades de aceptación.
3. Permite que elija al profesional
Dale la opción de revisar perfiles de psicólogos y escoger con quién se siente más cómodo. Puedes decirle:
«Mira estas tres opciones, puedes elegir tú con quién te gustaría hablar».
Sentirse parte del proceso genera autonomía y compromiso en los adolescentes.
4. No desistas a la primera negativa
Es normal que diga «no» al principio. Puedes esperar un poco, retomar el tema más adelante y probar diferentes enfoques. La perseverancia respetuosa es clave.
5. Explora otras formas de contacto
Algunos adolescentes pueden sentirse más cómodos comenzando la terapia con un café, una caminata o incluso de forma online. Adaptarse a sus preferencias puede abrir la puerta al diálogo.
Errores comunes que deben evitarse
Error | Consecuencia | Alternativa |
---|---|---|
Decirle que va porque «está mal» | Se siente señalado, culpable | Presentar la terapia como una herramienta para todos |
Obligarlo sin explicaciones | Genera rechazo, desconfianza | Informar y respetar su ritmo |
No involucrarlo en el proceso | Siente que no tiene voz ni control | Permitirle elegir, opinar y decidir |
Qué hacer si aún se niega rotundamente
Si tu hijo o hija continúa negándose, puedes hablar directamente con el profesional que consideras adecuado. Muchos psicólogos están dispuestos a ofrecer estrategias o incluso realizar una primera sesión informal para generar confianza.
También es válido que tú como padre o madre inicies un proceso terapéutico. A veces, trabajar en uno mismo genera un efecto espejo positivo en los hijos. Además, recibir orientación sobre cómo abordar la situación desde casa puede ser muy útil.
Reconoce y refuerza los logros
Si finalmente acepta asistir, es importante validar ese paso:
«Sé que no era fácil para ti, y te agradezco que hayas dado el primer paso. Estoy orgulloso/a de ti».
Los cambios no son instantáneos, pero con apoyo y constancia verás avances en su conducta, emociones y relaciones. Reconocer sus esfuerzos y celebrar pequeños logros es vital.
Habla con un psicólogo online Si necesitas ayuda psicológica, no esperes más. Puedes reservar una cita con nuestros psicólogos online, te ayudaremos a sentirte mejor.
Reservar tu citaReflexión final
¿Qué hacer si tu hijo no quiere ir al psicólogo? Es una pregunta que muchos padres se hacen y que tiene múltiples respuestas, pero todas comienzan con escuchar, respetar y comprender. La resistencia inicial es normal, pero con paciencia, empatía y estrategias adecuadas, es posible generar apertura y acompañar a tu hijo hacia un proceso de mejora emocional que puede marcar un antes y un después en su vida.
Recordemos que la ayuda psicológica para niños y adolescentes no solo es válida, sino valiosa. Llevar a nuestros hijos a terapia es una forma de amor y de compromiso con su bienestar integral.